Por eso a veces cambiar el medio de transporte nos hace bien. Esa simple gambeta a la rutina nos alegra. Y por lo general, la forma en que arrancamos el día es determinante para todo lo que vendrá después.
¿Probaste ir a tu trabajo en bicicleta?
En lugar de estresarte por el tráfico, te relajás por el ejercicio. En la mayoría de los casos la diferencia de tiempo contra el auto o transporte pública es mínima. Y cansa el cuerpo pero descansa la mente. Arrancás el día de otra manera, encarás el trabajo con otra actitud.
Transpirás, es cierto. E inevitable. Pero hay alternativas: muda de ropa, gimnasios cercanos con ducha, y hasta edificios de oficinas con vestuarios.
Tres datos adicionales: (1) Buenos Aires, muy de a poco, se convierte en una ciudad ciclista; con algunos recaudos, se puede circular muy bien. (2) La red de bicisendas es cada vez más amplia y seguramente tenés forma de tomarla cerca de tu casa. (3) Si no tenés bicicleta, hay un servicio gratuito para tomar una prestada, o bien, un crédito sin interés del Banco Ciudad para comprarte una.
¿Por qué no probás? Así vine hoy al trabajo. Buena semana.
(respecto al video: el segundo de una serie experimental que estoy haciendo arriba de la bicicleta; ya iremos mejorando en calidad de imagen, edición y recorrido; y si te gustó, el anterior fue por Parque de Los Niños y el Paseo Costero de Vicente López)
Dos cosas más:
ResponderEliminar1- Cuando volvés a tu casa te sacás el día de encima también
2- El ruido bajito de las ruedas de la bici girando cuando no hay con autos es mágico
La bici es un gol.
Gracias, Nicolás.
ResponderEliminarEs un golazo. Y +1000 a tus dos comentarios. Coincido completamente. Y es cierto, no lo había aclarado, pero la vuelta se disfruta tanto (o más) que la ida.