Y hace un par de días, también, el Kun Agüero expresó en su sitio oficial su deseo de dejar el Atlético Madrid. La redacción era impecable y la escritura equilibradamente emotiva.
Eso generó que comentemos la noticia via Twitter con @p0nja y @ncastrovillari, y casi sin darnos cuenta cada uno lo encaró exactamente desde su lugar.
Porque Laura, community manager, planteó la idea de los futbolistas 2.0, cuestionó lo poco natural que fue el mensaje y confirmó que era evidente que contrataron Social Media.
Porque Nicolás, periodista, necesitó que la comunicación sea más natural y destacó que se está "salteando" a los medios tradicionales y que a los periodistas no les quedará otra que adaptarse.
Y porque mi humilde aporte fue pedirles que no se olviden que el Kun Agüero, además de ser un futbolista de elite, es también una marca. Y por cierto, la están manejando demasiado bien.
Ahí está la combinación: community manager, prensa, branding. Sergio Agüero tiene sitio oficial, Twitter, Facebook, y claro está, sponsors. Al mismo tiempo que las marcas se apoyan en él, construye la propia.
Y no sólo pasa con los futbolistas: también citamos el caso del tenista Andy Murray con Head, que aplica prácticamente igual. Un sponsor que se basa en la marca persona del sponsoreado.
Pero lo más importante es que esta metodogía no se limita sólo a los deportistas de elite. En otro caso que ya hemos analizado, el periodista Juan Pablo Varsky desarrolló tan bien su marca personal que hoy tiene un canal propio con empresas anunciando en él.
Finalmente, el caso de los políticos es paradigmático. Cambiemos el término publicidad por propaganda, y aplica todo el resto. No sólo a quienes están subidos a una plataforma haciendo campaña, pero sobre todo a quienes desarrollan la marca persona para que los sigan. El ejemplo es el caso de Aníbal Fernández y su campaña en Internet.
El desarrollo de la marca persona no es una novedad. Todo lo contrario, existió desde que la gente tiene nombre. Lo nuevo aquí es la ilimitada posibilidad que dan las redes sociales de desarrollarlas. El principio es básico y lógico: detrás de esos "perfiles" hay personas pero, ahora tienen la potencialidad de "mostrarse" de manera mucho más fácil alcanzando un número exponencial de personas... Y de ser seguidos por otro tanto.
Lo paradójico es que gracias a las redes sociales, las marcas comienzan a personificarse; y las personas, a convertirse en marcas. Unas comienzan a adquirir atributos, valores, carácter. Las otras, comienzan a entregarlos.
Y detrás de toda gran marca, hay una gran persona. ¿O es al revés?
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