Pero se necesita tanta que, cien años más tarde, te permita festejar el diseño de una botella que se identifica aunque no esté presente.
Eso hizo Coca-Cola. Misma marca de la que hace un tiempo destacamos la atemporalidad de su logo con una inevitable comparación con el de Pepsi.
Para que se entienda: una botella te puede gustar más o menos, pero cuando se convierte en parte de tu marca el éxito es indiscutible. Y si la podés mantener vigente durante un siglo, podés contar (y festejar) su historia.
Porque una marca no se construye con una gran campaña y de una vez, sino de las pequeñas cosas que hacés todos los días durante más de cien años.
Y finalmente, aporte de @marumuch, el Together con "la botella" como protagonista.
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