A días de la tragedia, el gobierno japonés dio instrucciones sobre la remoción y tratamiento de la basura con una indicación muy clara: “Buddhist mortuary tablets, photo albums, and any other items recognized as being of value to the owner or other relevant individuals shall not be discarded. Instead, such items shall be stored separately, and opportunities shall be preferably provided to return those items to their respectful owners or other individuals.”
Aún siendo redundante quiero resaltar una idea: en medio de la peor catástrofe natural de su vasta historia, el gobierno ordenó separar fotos y materiales que pudiesen tener valor sentimental o espiritual para sus dueños.Y esa insólita idea, que hasta parece ridícula cuando más de quince mil personas perdieron la vida, hace unos días llegó a su fin... Sí, cuatro años más tarde de aquella orden, Ricoh cerró el Photo Center de Onagawa, el único que aún quedaba abierto, y con ello dio por terminado el proyecto "Save the Memory".
Devolvieron a sus dueños o familiares, más de noventa mil fotos.
En Abril de 2011, la empresa Ricoh -fabricante de fotocopiadoras, impresoras y similares- propuso esta iniciativa cuyo lema era "hope for the future by returning lost photos".
Recuperaron, limpiaron, y digitalizaron, más de 400.000 fotos. Las categorizaron en una base de datos, de acuerdo al tipo de foto, y la región en la que se encontró. Y si bien hubo más de trescientas mil fotos que nunca fueron reclamadas hoy la empresa cuenta orgullosa que dedicó cuatro años a un proyecto por el que pasaron más de 500 empleados (y voluntarios). Usaron claro, las máquinas Ricoh para lograrlo.
Porque a veces, aún cuando se le pone el título de responsabilidad social empresaria, las acciones de algunas marcas tienen sentido. Pero en serio, de verdad.
Y paradójicamente, son esas que no tienen precio...
0 comentarios