Caso
interesante para seguir y analizar, una vez más, el impacto que las redes sociales pueden generar sin importar la veracidad ni fecha de algunos sucesos...
En España
comenzó a difundirse la siguiente foto, acusando a Heineken de patrocinar
peleas de perro.
El tema explotó en Twitter. Propuestas de boicot, campañas en contra, comunicados de organizaciones defensoras de los derechos de animales...
Pero resulta que
la foto ya tiene más de un año. Y es cierto que el paso del tiempo no atenúa la gravedad de la situación pero, por lo menos, da para que análisis sea distinto.
La foto, además, es de Mongolia donde las peleas entre perros
son legales. Es cierto, también, que la cuestión aquí es si Heineken apoyó (o no) el evento más allá de la legalidad del mismo. Pero no se puede dejar de interpretar el contexto.
Y finalmente, por supuesto, la marca tuvo que salir a hablar: Heineken tenía un convenio con un lugar bailable en donde vendía su bebida y exhibía dichos carteles... Ese lugar es el que organizó dicha pelea, que allá es algo bastante más común que en occidente.
Así salió a
explicarlo y vale prestarle atención al lenguaje y la forma, "muy de redes sociales".
Resulta
interesante ahora ver como se atomizó la discusión: están los que le siguen pegando a la marca porque tendría que haber sacado los carteles; están los que comienzan a darse vuelta dejándola pasar; y aparecen incluso felicitaciones por cómo
comunicaron el tema.
Todo esto, hoy en España. Por algo que sucedió hace más de un año en Mongolia. Así funcionan las redes sociales.
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