Internet destrozó lo que estudié en la Universidad

En realidad hablaremos de costos, precio, calidad y cantidad. Y también de Internet y de Sushi. Pero el título del post debía ser más amarillista, interesante y vendedor.

Porque la aparición de Internet ya lo cambió todo. Y eso que no pasó tanto tiempo. Pero escribo este post ahora porque se me ocurrió preguntarme si el sushi realmente podía ser bueno y barato...

El precio tiene, básicamente, dos límites básicos: el superior lo determina lo máximo que al menos un consumidor está dispuesto a pagar, ya que por arriba de eso nadie lo compraría; y el inferior es el costo del producto, ya que por debajo de él se perdería plata.

El costo, por lo general, está asociado a la calidad del producto. Obviamente depende de más variables y de la eficiencia del proceso, pero a grandes rasgos, a más calidad, más costo. La creencia popular, además, sabe que lo barato no es de una alta calidad, y viceversa.

Entonces, siguiendo con este razonamiento simplificado, se define un precio entre los dos límites mencionados, se considera la oferta y la demanda, y se determina cuánto se quiere ganar. El famoso ejercicio de PxQ. Es decir, la cantidad que se venderá a ese precio.

La realidad es que Internet se burla de ese modelo. O mejor dicho, mantiene las reglas estrictamente económicas pero hace que la Q sea exponencial. Y cada vez hay más ejemplos que así lo demuestran.

Volviendo entonces: ¿por qué el sushi sí puede ser bueno y más barato?

En Argentina el sushi se instaló con el mito que la materia prima era costosa y de altísima calidad. Y que además, se requería a un sushiman para poder hacerlo. Supongamos que la marca "X" y la marca "S" son competidores en el rubro. La diferencia es que el primero tiene tres locales y el segundo sólo vende por teléfono e internet. El costo que "X" tiene en alquileres, mantenimiento y personal, aproximadamente "S" lo tiene en logística y entregas. Y ambos tienen, exactamente, la misma calidad/costo de Sushi. Pero claro, a la hora de definir el precio, el primero tiene que multiplicar por una Q mucho más limitada que el segundo que, por la cantidad que vende, puede basar su negocio en la misma calidad de Sushi pero más barata y ganar lo mismo o aún más.

Es decir, Internet amplía de una manera obscena el mercado potencial.

Otro ejemplo, ¿por qué los diarios papel van a tener que dejar de existir? Porque su estructura de costos es la impresión y distribución de un ejemplar a cada lector. Pero eso ya no tiene sentido ya que pueden tener "un sólo ejemplar digital" y que el lector llegue a él mediante el dispositivo que quiera. Por cierto, la versión online se actualiza, la papel queda vieja ni bien se imprime. El diario papel, con Internet de por medio, ya no le conviene ni al lector ni al medio.

Y hay más ejemplos. Las app para móviles o tablets que por momento parecen ridículamente baratas pero porque llegan ridículamente a "todo el mundo". Los ebooks, cuya estructura de costo es similar a la de los diarios. O la revista Orsai que paradójicamente es de papel pero gracias a Internet pudo evitar los intermediarios. Netflix, que por Internet podrá llegar a más gente que cualquier cine o incluso sin la necesidad de la infraestructura de los cable-operadores.

No descubro nada, lo sé. Pero a veces está bueno analizarlo: Internet hizo que la Q de la ecuación sea exponencial. Es cierto que es mucho más complicado en los negocios que ya son masivos pero permitió que se masifiquen los que hasta ahora no lo eran.

Y haciendo las cosas bien, se puede ofrecer la misma calidad, más barata.

Compartílo...

1 comentarios

 
© 2011 Lo que otros ven
Designed by BlogThietKe Cooperated with Duy Pham
Released under Creative Commons 3.0 CC BY-NC 3.0
Posts RSS Comments RSS
Back to top